sábado, 25 de septiembre de 2010

y sí, se sentó sobre la alfombra


Y sí, se sentó sobre la alfombra como todas las mañanas a ver salir el sol. Tomó algunos panes que le habían quedado de la venta del día anterior y se disponía a comerlos mojados en agua caliente, cuando recordó que había olvidado cerrar el altillo la noche anterior. Inmediatamente se paró entonces para ir a ver si algún murciélago había ingresado o algún otro animal volador. Subió los peldaños de la escalera de piedra que separaban el patio del altillo, y cuando llegó arriba vio que una muchacha había entrado a dormir allí durante la noche. Incluso había encendido un fuego, puesto que Juan, el panadero, encontró cenizas allí próximas al cuerpo dormido de la muchacha. A la que no dudó en despertar para compartir con ellas los panes que le habían sobrado del día anterior y su gran taza de agua caliente.

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