El veneno fue cuidadosamente preparado, todo iba indicando que se cumplía la venganza.
Hoy, el día que firmó los papeles del divorcio, ella estaba feliz y espantosamente asustada.
Miró el cuadro de Rosario Vera Peñaloza, y le preparó el último café a su, ahora, ex esposo.
Tomó del cajón los pasajes, y partió a la capital turística del mundo.
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