sábado, 25 de septiembre de 2010

sabía que el asesino aparecía siempre


Sabía que el asesino aparecía siempre cuando llovía. Por eso se dedicó a observar desde su ventana la entrada a la parrilla de la esquina. Mariano saldría seguramente distraído, adormilado por el vino barato y la grasa del asado de tira. Quizá tuviera el placer de verlo ahí mismo, en la sucia madrugada de septiembre y si no… ¿quién podría dudar? Palpó en su bolsillo el cuchillo.

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