domingo, 26 de septiembre de 2010

cuando estalló la batalla ya era tarde



Cuando estalló la batalla ya era tarde. Le habían sacado fotos a su zapatilla derecha, la habían nombrado ciudadana ilustre, la habían propuesto como esperanza para el Nóbel al goleador.

Era tarde, tardísimo cuando estalló la batalla. Se comió todos los mocos, se ató los cordones y a pesar de que el centro vino cruzado para una patada segura a la red: se tiró a cabecear.

El público rompió en un “oohhh” conjunto y desilusionado.

Pobrecitos. Era zurdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario