lunes, 27 de septiembre de 2010

cae la tarde




Cae la tarde. Pueyrredón está dormitando debajo de la parra. Silencio. Es la hora de la siesta. La nona descansa porque el día ha sido largo. La muerte de Garibaldi, durante ese año de fines del siglo XIX, ha dejado sus huellas en su espíritu.

Pueyrredón se rasca el lomo y espera su ración de leche. Pobre, no sabe que hoy va a tener que esperar un largo rato. La abuela está cansada de llorar. En su mirada está fija la imagen de las banderas a media asta.

Pueyrredón bosteza.

La noche acecha detrás de la parra.

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