viernes, 6 de noviembre de 2009

poema nueve




Que arroje la primera piedra y me la de

Ojos que no ven no ven

Lo que puedes hacer hoy seguramente mañana los harás mejor

Lo que puedas hacer hoy que sea de buen humor

Lo que puedas hacer hoy hazlo por mí

Corazón contento oído abierto ser hambriento

Al que esté libre de culpa no le creo

Es porque piedras trae que golpea

Al que nace barrigón le sobran los cordones

Al incauto se lo lleva la corriente

A cada chancho su comida

No dejes para mañana los favores sexuales

1 comentario:

  1. Palito Ortega cantó hasta hartarse de su corazón contento lleno de alegría. Así, se imaginaba que el ser humano devenía completo al cruzarse con el amor. Contra Palito y contra todas esas cosas se alza este poema que reza en su sexto verso: Corazón contento oído abierto ser hambriento. El corazón puede estar contento, pero ese no es motivo para cerrarse al exterior. Hay que mantenerse atento a lo que pasa, cosa que el señor Ortega omitió hacer en tristes épocas de nuestra historia no tan lejana. No cerrar los ojos ni los oídos por tener el corazón contento, el corazón de uno no hace al bien de todo y la lucha no termina al encontrar el amor sino que empieza de nuevo, se reformula y nos obliga a buscar más allá las soluciones que el estado actual de la sociedad no nos permite encontrar. Mientras nosotros estamos con nuestro corazón contento, debemos mantener abierto el oído para escuchar el imperecedero clamor de tantos seres hambrientos. Que el arbol no nos tape el bosque ni el corazón el concierto de estómagos que rugen buscando la redistribución esquiva. La conciencia social del poema excede en mucho el optimismo idiota de Ortega. Y si él casi llegó a vicepresidente, ¿a dónde no llegará este poema, mucho más verídico y sustancioso que la poesía de palito?

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